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El Microchip de tu Gato Podría Propagar Malware, Advierten Investigadores
El microchip de un gato podría portar malware que infecta sistemas durante los escaneos, propagándose a través de redes RFID sin necesidad de una conexión a internet, advierten los investigadores.
¿Apurada? Aquí están los datos rápidos:
- Las etiquetas RFID para mascotas pueden portar malware que infecta los sistemas de fondo.
- Los ataques se propagan sin conexión, necesitando solo un escaneo, sin necesidad de internet.
- Las etiquetas infectadas pueden propagarse a través de cadenas de suministro e industrias.
Cybernews informa que los investigadores de la Universidad Vrije en Ámsterdam han emitido una advertencia extraña: el microchip en tu mascota podría ser utilizado un día para distribuir malware.
Las etiquetas RFID, comúnmente implantadas en mascotas o adheridas a collares, contienen información básica como números de identificación y detalles de contacto. Los profesionales veterinarios utilizan escáneres RFID para recuperar registros médicos al instante. Ahora, los expertos advierten que la misma tecnología podría convertirse en una herramienta de ciberataque.
Una etiqueta RFID típica almacena alrededor de 1 kilobit de datos, lo cual es muy poco. Sin embargo, los investigadores demostraron que este pequeño espacio puede contener un código malicioso que apunta a las debilidades de los sistemas que leen la etiqueta.
Según Cybernews, el ataque comienza cuando un hacker obtiene acceso al backend del sistema RFID, que gestiona la información de las etiquetas. Durante una operación de escritura, inyectan malware en una etiqueta. Esa etiqueta podría estar en una mascota, una caja de envío o un dispositivo médico. Cuando se escanea con otro lector RFID, se activa el malware y se propaga.
Dado que los sistemas RFID se utilizan en tiendas minoristas, hospitales, cabinas de peaje, almacenes e incluso edificios gubernamentales, el riesgo se extiende mucho más allá del consultorio del veterinario.
Cybernews informa que el malware no necesita una conexión a internet para propagarse. Se mueve entre dispositivos a través de un contacto directo, al igual que los virus se propagan a través del tacto físico. También no requiere de correos electrónicos, descargas o ninguna interacción humana para propagarse.
En un escenario, un supermercado recibe un palet con etiquetas infectadas. El sistema del almacén lee y escribe de nuevo el malware en las etiquetas. A medida que los contenedores se trasladan a otras tiendas, llevan el virus consigo. Un ataque similar podría suceder en un hospital o en un lugar seguro del gobierno, como señala Cybernews.
Para demostrar que es posible, los investigadores incluso construyeron malware funcional para probar infecciones de RFID. Advierten que el “phishing RFID” (engañar a las personas para que escaneen etiquetas malas), el “wardriving RFID” (búsqueda de lectores RFID débiles) y las “honeypots RFID” (sistemas de cebo utilizados para atrapar a los hackers) se están convirtiendo en amenazas reales.
“Las personas nunca tendrán el lujo de confiar ciegamente en los datos de su gato nuevamente”, dijeron los investigadores, según lo informado por Cybernews.