Barcelona Transforma los Residuos Humanos en Combustible Limpio para el Transporte Público

Durante cinco años, los pasajeros de la línea de autobús V3 de Barcelona viajaron sin saberlo en un vehículo impulsado por desechos humanos.

El proyecto Nimbus operó un autobús utilizando biometano producido a partir de lodos de aguas residuales como combustible, sin olores ofensivos, y generó emisiones significativamente más bajas que los combustibles convencionales.

TechSpot informa que el proyecto fue desarrollado por una colaboración entre Veolia, la compañía de distribución de agua pública de Barcelona, TMB, el operador de transporte de la ciudad, y la Universidad Autónoma de Barcelona.

Utilizando la planta de tratamiento de Baix Llobregat, una de las más grandes de Europa, los investigadores refinaron las aguas residuales en biometano, un combustible renovable que emite un 80% menos de dióxido de carbono que el gas natural, según lo informado por TechSpot.

La planta procesa 400,000 metros cúbicos de aguas residuales diariamente, generando 250 toneladas métricas de lodo. El biometano de cuatro metros cúbicos de lodo procesado cada hora fue suficiente para mantener la línea V3 operando 100 kilómetros diariamente.

La producción de biometano requiere refinar el biogás hasta que alcanza una pureza del 90% de metano. El proceso de Veolia va más allá de la práctica estándar al combinar CO2 con hidrógeno procedente del agua y fuentes renovables para convertir casi todo el biogás en biometano.

El combustible resultante cumplió con las normas de emisión Euro VI mientras producía pequeñas cantidades de óxidos de nitrógeno y partículas finas.

Los pasajeros que se enteraron de la inusual fuente de combustible del autobús reaccionaron con sorpresa pero aprobación. “Creo que es una idea fantástica. Ya aprovechamos los desechos animales de manera efectiva, ¿por qué no los nuestros?” dijo Rosa Maria Gay, una jubilada de 68 años, según lo informado por Le Monde.

“¡Si nuestras heces sirven para algo, mucho mejor!” agregó Leire Muños, una recepcionista de 32 años, según informó Le Monde. “Mientras sea energía renovable y no huela mal, creo que es genial”, dijo Alessandra Spano, una estudiante de ciencias de la computación de 18 años, según Le Monde.

Tras su éxito, Nimbus ahora se expandirá a un nuevo proyecto, SEMPRE-BIO, destinado a producir aún más biometano para alimentar líneas de autobuses adicionales por todo Barcelona.